La bicicleta es un vehículo con una tremenda importancia a lo largo de la historia en sociedades humanas. La bicicleta aúna las ventajas de un vehículo personal de dimensiones reducidas junto con la contribución a la baja contaminación del entorno y a la promoción del deporte y el esfuerzo físico. El diseño de las bicicletas se ha visto alterado en los últimos años con la aparición de complementos como motores y baterías que permiten convertirla en un vehículo eléctrico. Así, las bicicletas eléctricas se encuentran en pleno proceso de expansión en la actualidad y atraen la atención de investigadores y fabricantes.

Uno de los aspectos que requiere atención y que supone un esfuerzo de diseño e incorpora una alta incertidumbre es el desarrollo de arquitecturas robustas y flexibles a nivel de hardware, software, comunicaciones. De la misma manera es importante identificar un modelo de integración para todos estos elementos que permita la construcción de un sistema de interacción y control entre el usuario y el vehículo eléctrico. En particular, resulta de especial interés el diseño de sistemas que permitan la integración activa de los usuarios en el sistema y con otros usuarios, optimizando el rendimiento del conjunto a través de algoritmos y sistemas que utilicen las nuevas tecnologías de la comunicación (Geolocalización, Telefonía y mensajería móvil, etc.). En este sentido, la computación social ha adquirido una gran importancia durante los últimos años permitiendo la construcción de máquinas sociales en las que humanos y ordenadores colaboran para resolver un problema de carácter social. Actualmente el diseño de máquinas sociales requiere de soluciones de inteligencia artificial distribuida que permitan construir sociedades artificiales de forma efectiva. La utilización de la computación social en el diseño de una arquitectura orientada a la gestión eficiente de bicicletas eléctricas permite obtener un aspecto diferencial respecto a los sistemas existentes, estableciendo un diseño centrado en sociedades de usuarios que pueden adaptarse de forma dinámica. De esta forma, es posible dotar a las bicicletas eléctricas de funcionalidades que no es posible encontrar en el estado del arte actual, entre otros el diseño de sistemas de recomendación persuasivos, sistemas orientados a retos de reducción de consumo energético, o altos niveles de interacción con entornos turísticos de montaña o de interiores. Por ejemplo, se adaptará el nivel de asistencia al ciclista en función de su cansancio, ritmo cardíaco, desniveles de la carretera, etc., se podrá identificar situaciones inusuales como accidentes, robos, etc. Se podrán comparar experiencias y establecer competiciones con otros usuarios utilizando el entorno social en tiempo real y sin necesidad de visión directa por parte de los ciclistas del resto de los participantes. Se podrá analizar información relativa a fenómenos físicos en tiempo real: viento, baches, vehículos peligrosos, etc.

Además, se monitorizará el estado de las baterías y del resto de componentes de la bicicleta de manera que el usuario tenga un control exhaustivo del vehículo y de su entorno. Para alcanzar este objetivo se propone definir y diseñar un sistema de control integral, la construcción de un sistema inteligente de computación social y un mecanismo (joystick) inalámbrico de interacción humano-máquina.